miércoles, 26 de abril de 2023

VESPAMANECE 7.0 Sábado

Hola de nuevo.
Ha llegado el día, llevamos bastante tiempo esperando a coger nuestros scooters y rodar por la Sierra del Segura, sabemos cómo organiza estos eventos la Oveja Negra y nos gusta, ¡vaya si nos gusta!
Lola ha dormido a cubierto, resulta curioso que lo haya hecho en el mismo lugar donde antaño pasaban la noche las monturas y caballerías que servían para desplazarse y trabajar hace ya mucho tiempo por estos lugares, hoy, la antigua cuadra sirve de cuarto de calderas, lavandería y almacén del albergue.
 

Antes de salir podemos desayunar en la misma plaza del pueblo, donde están instalando ya el mercado semanal. Incluso Yila, está ya preparada para salir a rodar,, y es que esa perra, lleva muchos kilómetros en Vespa a su lomo...

El puente que salva el agua de las Fuentes, que se suman a las del río Taibilla algo más abajo, justo en la parte de arriba se encuentra el restaurante El mirador, donde cenamos anoche y cenaremos hoy también.

Todos preparados, muchos de nosotros ya conocemos la zona, cómo pueden ser las carreteras y la belleza del paraje a recorrer, otros están a punto de descubrirlo, y seguro que se sorprenderán.

La ruta prevista es circular, nos acercaremos a la localidad de Yeste, también referente de la sierra albaceteña, pasando por poblaciones y parajes de una belleza y unas características muy singulares.

Cuestas, pendientes, piso estropeado, curvas constantes, revueltas, un constante desafío para vespas, lambrettas y pilotos, pero con precaución y paciencia todo va fluyendo y configurándose en una experiencia maravillosa.

A pesar de toda la preparación y precaución que llevamos, siempre pueden surgir imprevistos y problemas, que no suelen ser graves, es entonces cuando reluce la camaradería, el compañerismo y el saber hacer que la experiencia de tener estos vehículos nos capacitan para arreglar prácticamente todo lo que pueda surgir. El sidecar parado en la carretera con una marca de frenado larguísima, prácticamente en el suelo y la rueda trasera completamente fuera de su sitio... Lo primero es asegurarse de que piloto y pasajero están bien, a partir de ahí todo empieza a funcionar para, si es posible poner el side en marcha. La rueda se ha salido de su sitio y está bloqueada, cuando conseguimos sacarla vemos que los tornillos están dañados y las tuercas perdidas, pero finalmente conseguimos colocar la rueda en su sitio y poner la Vespa en circulación de nuevo.

Desvío hacia Góntar, pueblo recóndito en la Sierra, en ocasiones anteriores me he detenido aquí a hacer fotos, pero lo hago de nuevo, la organización, la ruta, los compañeros, todo permite rodar al gusto de cada uno, parando más, o menos, siempre hay puntos de reencuentro, ratos en los que se rueda en grupo o en solitario, ocasiones en las que todos vamos en fila... Todo esto hace crecer la ruta, puesto que cada experiencia será compartida con el resto más adelante y nos hará pasar más buenos momentos.

Los paisajes de la Sierra del Segura son, sencillamente, espectaculares, aunque no siempre se puede ir admirando, hay que estar muy atento a la carretera y la conducción.

Algún tramo más llano podemos encontrar en altura, y el rodaje por estos páramos ofrecen un descanso a nuestras vespas y a nosotros mismos...

Tras la comida en Pedro Andrés (olla de trigo, migas, ciervo y otras delicias serranas...), nos dirigimos al castillo de Taibilla, fortaleza de origen musulmán erigida en el siglo XI, tras su conquista por parte de los cristianos en el siglo XII pasa a formar parte del sistema de vigilancia y defensivo para protegerse de los pueblos musulmanes que aún había en la península. Aunque el castillo ha contado con protección oficial desde 1949, no ha sido hasta hace unos pocos años cuando se ha puesto en valor y se ha consolidado para acoger visitas interpretativas. Las ansias de acceder a cualquier sitio en la Vespa nos hacen intentar lo que sea, por muy mal que esté el camino, hay que decir, que finalmente, ese no era el camino, y un tramo se tuvo que hacer andando...

Construido en una meseta a una altura de 120 metros, adquiere una situación de total dominancia respecto al paraje que lo rodea, visualmente se conectaba con otras torres o atalayas en la zona, pudiendo enviar mensajes en caso de invasión enemiga para prevenir ataques o preparar la defensa. 

Se pueden distinguir dos formas de construcción, el tapial, para hacer las paredes de una mezcla de barro y cal, método introducido por los almohades en la península, por otro lado se pueden ver muros de sillares de piedra, que parecen corresponder a construcciones posteriores a su conquista por parte de los cristianos.

El grupo del Vespamanece que subió al castillo de Taibilla. Es de destacar la inquietud que La Oveja Negra tiene por añadir valor al encuentro vesperil, por lo que visitas culturales como esta no son raras en estos eventos. Alguno optaron por volver a Nerpio a descansar, y otros optamos por aprovechar todo lo que se nos ofrecía.

Tras la vista al castillo de Taibilla, regresamos a Nerpio en unos minutos, tal es la cercanía de Pedro Andrés al pueblo donde estamos pasando el fin de semana. Tenemos tiempo para descansar un rato y prepararnos para la cena, concierto y sorteo. Somos pocos los que acudimos a estos eventos en Lambretta, y siempre llaman la atención.

Y por la noche, vuelve el jamoncierto, evento que surgió en el tercer vespamanece, en Yeste, y que ya forma parte de la identidad de este evento, que no debe faltar en la agenda de todo vespista o escuterista que se precie de serlo. Tras la cena, el sorteo de regalos cedidos por patrocinadores, nadie quedó sin regalo, la generosidad en otra de las características del Vespamanece, y tras el sorteo, la entrega de trofeos. El punto negativo fue el excesivo frescor que sufrimos debido a la humedad del río, pero no deslució en absoluto toda la experiencia vivida.
Hasta pronto.




























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