VESPAMANECE 5.0. Viernes.

Pues ya estamos aquí.

Lo primero que hay que decir es que, contra todo pronóstico, Lola ha llegado a Letur. Tras las dos últimas intentonas de llegar a Hellín, en las que se quedó tirada, esta debía ser la definitiva, nadie apostaba nada por ella, ni siquiera su dueño, el que ahora escribe, y parecía que, efectivamente, Lola no iba a llegar...
Se hace la hora de salir, los componentes de Vespambretta nos reunimos en el bar Daniel para salir hacia Letur. Entre bromas y risas ya se dice: "a ver si llega", "si se para, vosotros seguid, yo llamo a la grúa y listo"... 

Salimos en ruta, 8 kilómetros y Lola repentinamente pierde fuerza, sujeto el embrague, vuelvo a soltar y la moto se para... Se acabó, como era de prever. Intentamos arrancarla y el pistón parece que está enganchado, mueve pero hay que hacer mucha fuerza... Se llama a la grúa y todos siguen, 

-"Ahora Lola vuelve al local y hago ruta con alguna otra Vespa", eso es lo que pienso...

Mientras espero a la grúa intento arrancar la moto, nada, le reviso la bujía, está bien, la chispa es buena, intento arrancar otra vez y tampoco arranca, le empujo en segunda, suelto embrague y arranca, mantiene, así que decido echarle aceite, llamo a la grúa para que no me recoja y sigo ruta en solitario, a ver qué pasa. Ya en solitario, continué camino, sin ningún convencimiento de que Lola, tras el enganchón sufrido, pudiera llegar a Letur. Cada recta o cuesta eran un desafío, que uno tras otro se fueron salvando. Al poco de continuar tenía a la vista Peñas de San Pedro.

Tras pasar Peñas, el siguiente hito sería Ayna, y hacia allá me dirigí con mucho tiento al acelerador y todo el cariño con que se puede conducir un scooter de estos. Ya desde las curvas de arriba pude distinguir un par de motos en el monumento a la película "Amanece que no es poco", pero me parecía raro que hubiera pillado a mis compañeros. Resultaron ser los "Gamusinos manchegos", habían salido a dar una vuelta por los alrededores, tras los saludos pertinentes y echar otro chorreón de aceite a Lola decido continuar.

Siguiente hito: subir por el Mirador del Infierno una vez cruzado el Río Mundo, así que hacia allí me dirijo, el trayecto paralelo al río es muy bonito y cómodo para Lola, pues es prácticamente llano, pero al pasar el puente... Ahí la cosa cambia, digamos que se pone "un poco" cuesta arriba. Aún estando el mirador a medio camino hacia la parte más alta de la carretera, no puedo dejar de admirar la impresionante vista del cañón del río Mundo hacia Ayna.

La sorpresa ha sido total al llegar, para mis compañeros, que me dejaron para verme de nuevo en Vespa y para mí, que no esperaba llegar. Finalmente me he retrasado algo más de media hora. Puedes eso. Contra todo pronóstico, Lola y yo estamos en Letur.

Una vez llegado, lo primero es dejar la moto y empezar a saludar a todos, conocidos o no, pero amigos, que disfrutaremos de un fin de semana especial.

Una vez hechas las inscripciones, algunos decidimos ir a repostar para evitar la cola que seguro se formará mañana por la mañana antes de salir. Antes de llegar a la gasolinera se nos ofrece este fantástico fondo que no puedo desaprovechar.

Las lambrettas de Vespambretta en el Vespamanece 5.0. Más tarde sabremos que ha venido otra, serie 2, muy bonita y bien hecha.

Ya han llegado casi todos y estamos esperando a que comience la cata de vinos, ofrecida por la única bodega de la Sierra, situada en Férez, a 10 kilómetros de Letur. 

No solo vinos, también pudimos degustar un vermut que estaba muy rico.

Otro de los vinos, ahora un blanco. Al tratarse de una cata, se nos aconsejó servirnos poco y vaciar las copas una vez probado el vino, pero nadie hizo caso y algunos acabamos algo mareados.

Momentos para el reencuentro y el compañerismo, en esta foto, gente de media España, Albacete, Alcázar de San Juan, Alicante y Barcelona. Y es que el Vespamanece 5.0 ha tenido un gran poder de convocatoria, cubriéndose la totalidad de las 80 plazas disponibles en apenas unos días.

Miembros del Vespambretta listos para... Bueno, al menos pensaban que estaban preparados, pero es que no conocían el disparate que estaba por venir...

No demasiado tarde nos retiramos a descansar, aunque hubo un buen grupo que continúa la fiesta hasta altas horas de la madrugada...

Las Vespas también descansarán hasta mañana, algunas tendrán el privilegio de hacerlo en los soportales de origen musulmán que aún se conservan en el pueblo de Letur.

Hasta mañana, amigos.